La industria 4.0 es el nombre que se le da a la cuarta revolución industrial, que consiste en la aplicación de las tecnologías digitales al sector productivo. Gracias a la industria 4.0, las fábricas se vuelven más inteligentes, conectadas y eficientes, lo que les permite adaptarse mejor a las demandas del mercado y a los cambios del entorno.
La industria 4.0 aporta una mayor comodidad y eficiencia a los habitantes y visitantes de las ciudades, así como una reducción de la contaminación y una mejora de la seguridad.
La industria 4.0 es el resultado de la convergencia de varias tecnologías que se complementan entre sí para crear un sistema integrado y automatizado.
Es la red de dispositivos físicos que se comunican entre sí y con internet, intercambiando datos y realizando acciones. Por ejemplo, sensores, cámaras, robots, drones, etc.
Es el conjunto de técnicas y herramientas que permiten recopilar, almacenar, procesar y analizar grandes volúmenes de datos, para extraer información útil y tomar decisiones basadas en evidencia.
Es el conjunto de medidas y protocolos que protegen los sistemas informáticos y los datos de posibles ataques, intrusiones o robos. Por ejemplo, encriptación, autenticación, firewall, etc.
Son tecnologías que crean entornos virtuales o que superponen elementos digitales sobre la realidad, para mejorar la experiencia y el aprendizaje de los usuarios.
Es una tecnología que permite crear objetos físicos a partir de modelos digitales, mediante la deposición de capas sucesivas de material.
La industria 4.0 funciona mediante la interacción de los diferentes elementos que la componen, siguiendo un ciclo de cuatro fases:
Los dispositivos IoT captan información del entorno, de los procesos y de los productos, y la envían a través de la red móvil a una plataforma cloud.
La plataforma cloud procesa y analiza los datos con algoritmos de inteligencia artificial, y genera información útil y conocimiento para la toma de decisiones.
La plataforma cloud envía los datos e instrucciones a los dispositivos IoT, a los sistemas de gestión y a los usuarios, mediante una conexión segura y encriptada.
Los dispositivos IoT ejecutan las acciones indicadas, los sistemas de gestión se actualizan y los usuarios reciben feedback y recomendaciones.
La industria 4.0 ofrece múltiples beneficios tanto para las empresas como para la sociedad en general, tales como:
Al optimizar los procesos, reducir los errores, aumentar la velocidad y mejorar el control de calidad, se logra una mayor eficiencia y rentabilidad.
Al poder adaptar la producción a las necesidades y preferencias de los clientes, se logra una mayor satisfacción y fidelización.
Al incorporar nuevas tecnologías, se logra una mayor capacidad de crear y ofrecer productos y servicios diferenciados y de valor añadido.
Al reducir el consumo de recursos, las emisiones de gases y los residuos, se logra una mayor protección del medio ambiente y de la salud de los usuarios.
La industria 4.0 se aplica a diferentes sectores y ámbitos, donde el IoT juega un papel fundamental. Veamos algunos ejemplos:
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